Acaba la
primavera y empieza el verano, ademas de que manera, mucho calor y
muy poca agua en los manantiales. Una de las cosas que tiene vivir en
la aldea es seguir el ritmo de las estaciones y ver como los seres
vivos siguen sus ritmos vitales.
En estos
días es muy habitual encontrarse volantones de pájaros recién
salidos del nido y que malamente saben volar. No te los lleves a
casa, sus padres están cerca velando por ellos.
Los
tritones jaspeados adultos y las crías de salamandra del lavadero de
nuestra finca, ya se han marchado a iniciar su rutina terrestre,
hasta el próximo periodo reproductor que volverán a buscar el agua.
En el
lavadero del pueblo me he encontrado a las ranas patilargas que están
en periodo reproductor con la puesta de huevos.
Por
desgracia también están en época de celo las culebras bastardas y
al aumentar su actividad, también aumentan los atropellos en las
carreteras de este ofidio que es el que alcanza mayor tamaño en la
Península Ibérica, hasta dos metros y veintinueve centímetros.
Esta de la foto pasaba del metro de longitud.
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